29/7/08

El mundo es un estado de ánimo...

Esta frase se me ocurrió en la boda que estuve el otro día. Resulta que al salir de casa dudaba sobre que corbata ponerme. Tenía un par de corbatas pensadas, las clásicas para la ocasión, sobrias y distinguidas, no muy llamativas. El caso es que al final, presionado un poco por mi tronca opté por una corbata de lunares que me regaló ella, una corbata original que a mi me gusta mucho pero que no me la pongo demasiado por los aburridos comentarios que provoca. Los comentarios generalmente ofensivos siempre vienen de la gente menos indicada para hablar de buen gusto o elegancia, pero el caso es que cansa un poco aguantar siempre a los mismos, a esa gente que no sabe eso de que si no tienes nada agradable que decir mejor no digas nada. Total como tengo más corbatas pues generalmente elijo otra y listo.

El tema es que me puse la corbata conflictiva y me dirigí a la iglesia. Una vez dentro noté las primeras miradas inquisidoras de mis colegas y a la salida no faltaron los primeros comentarios. Para mi sorpresa todos los comentarios fueron positivos. No dudo de que a alguna gente no le gustase mi corbata, pero no me dijeron nada. Lo educado, vamos. Lo que me sorprendió no es que le gustase a mucha gente, es que la gente que normalmente critica no dijese nada. Realmente es tan importante una corbata o un bigote (que ahora llevo bigote)? Yo creo que no demasiado, aunque a veces parece que el mundo gira entorno a esas pequeñas cosas.
En fin que como comenté el mundo es un estado de ánimo, sin explicación posible, sin respuesta.

Sé feliz.

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