Un discurso lleno de poesía y sentimiento. Porque poesía y sentimiento es algo que le sobra a esta ciudad en la que me ha tocado vivir. Una ciudad, como diría Sabina, abosolutamente invivible pero insustituible.
Desde siempre he defendido a los genios. A la gente capaz de emocionarnos con unas palabras; con unos trazos en una tela; con una bella melodía; con un pase de pecho. Y es que los grandes creadores van más allá de sus vicios y de sus idelogías, más allá de lo que digan o de lo que hagan. Porque con su sus obras se hacen eternos.
Y es que dentro de 30, 40, o 50 años, cuando esos genios ya no estén con nosotros, y nosotros tampoco estemos aquí, sus obras y en el caso de Joaquín su poesía y su música, no se extinguirán jamás. Y cada vez que alguien, para seducir a una mujer, le diga eso de, "no sabía que la primavera durase sólo un segundo" o esta otra que me gusta mucho que dice "la buena reputación es mejor dejarla a los pies de la cama, hoy tienes la oportunidad de demostrar que eres mujer además de una dama", le estará haciendo un merecido, y eterno, homenaje.
"Madrid, el territorio de los sueños" Por Joaquín Sabina.
Cuando yo empezaba a corretear por Madrid, lo suyo, lo que de verdad se llevaba, era despreciar las medallas. Quedaba muy bien, pero era mentira. En realidad, eran las medallas las que nos despreciaban a nosotros.
Por una medalla de Madrid uno hasta madruga. Por darse un paseo por este Madrid isidril, tan primaveral, y tan hermoso, y tan faldicorto, al que le llamó Galdós una vez poblachón manchego. Pero también Galdós dijo -y yo lo dije un día en la plaza de toros de Las Ventas, no toreando, sino cantando-: “Yo nací en Madrid a los 30 años”. Luego, el Nobel Cela dijo que Madrid estaba entre Navalcarnero y Kansas City. Para el niño de provincias que yo fui, Madrid era el sitio donde iban todos los trenes, y sobre todo era el mapa del deseo, el territorio de los sueños, estaba entre Babilonia y el paraíso terrenal. Lo malo de los sueños es que algunas veces acaban cumpliéndose.
Yo siempre digo que los que habéis nacido en Madrid, como mis dos hijas, guapísimas, que son madrileñas, gatas de pro, se han perdido el modo de paladearla de alguien que viene de fuera y se baja en la estación de Atocha con su maleta de cartón y con su boina en el alma. Como era el niño de provincias que yo fui, que soñaba con conquistar una ciudad que es tan fácil de conquistar porque te deja empezar a ser madrileño en el mismo segundo en que te bajas en Atocha y te quedas en Madrid.
Quiero darle las gracias a Pancho y Antonio, mis músicos maravillosos, mis hermanos maravillosos que tienen tres cuartas partes de esa medalla.
Decirle a Joan Manuel Serrat, que él tiene la de Barcelona, que es la única que tenía que no tenía yo, y ahora tengo la de Madrid y que no se la cambio. Con todos mis respetos a Barcelona.
Madrid es la ciudad más hospitalaria, más callejera, más amable y más abierta del mundo, una ciudad donde es inconcebible imaginar a los madrileños desfilando detrás de un himno o con una bandera de Madrid. Y eso es estupendo. Una ciudad que además de ser Villa y Corte, ahora es una ciudad modernísima y maravillosa. Este patio parece que lo estrenamos hoy y, aunque a mí me gustaba más la plaza de la Villa, me parece una delicia de lugar para acoger a toda la gente que admiro y a toda la gente que quiero.
Quiero mandarle un beso a la madre de mis hijas y a mi novia Jimena, que es peruana. Es decir, madrileña, porque vive en la calle de Relatores. Es muy emocionante. Estoy muy agradecido y abrumado. Y con alzhéimer. Muchas gracias.
3 comentarios:
Sin duda, un genio de frases magistrales.
Últimamente te veo muy sentimental Chacel ¿Qué ha pasado con tus sátira mordaz de las mujeres..? A lo mejor te has dado cuenta que es mejor dejar la reputación a los pies de la cama y que desnudo puedes demostrar mejor el hombre de verdad que en realidad eres..
Madrid es el centro del Universo, todo lo demás es provincia. Es así.
Me gusta tu blog.I estoy esperando su nuevo puestos.
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