Desde hace un tiempo estoy dándole vueltas al tema de la fidelidad. Cuando pienso en este tema siempre lo hago desde el punto de vista masculino, claro está, por dos motivos principales:
En primer lugar porque hasta donde yo sé soy un hombre. Prefiero hablar de lo que tengo más cerca.
En segundo lugar porque la fidelidad femenina es algo mucho más estable, mucho menos aleatorio. Es decir, los hombres somos cazadores, necesitamos estar en activo. De ahí que se diga y que muchos defiendan que el hombre es infiel por naturaleza. Puede ser. La mujer en cambio no, la mujer puede ser infiel sin que te des cuenta pero de una manera más fría, más meditada más hijadep..*!
En fin que volvamos al tema de la fidelidad masculina. Yo he dividido a los hombres fieles en dos tipos, para simplificar: Los fieles por convicción y los fieles por imposición.
Me explico.
Los fieles por convicción son esa rara avis (a mi juicio, claro) de hombres, o debería decir héroes, que no tienen ningún interés en ser infieles. Vamos a ver que les da igual. Ni lo buscan, ni lo encuentran. No dudan, ni siquiera lo piensan. Viven felices en la tranquilidad, en el sosiego. Colgaron un buen día los trastos de matar y viven un retiro placentero en su soleado cortijo. El tema es hasta cuando, que José Tomás ha estado 5 años sin torear y ha vuelto convertido en mito, pero esa es otra historia. El tema es que mientras dura no hay tentación, ni tentativa.
Por el contrario, los fieles por imposición son aquellas personas que, o bien por su físico poco agraciado lo que les limita completamente la tentación, o bien porque tienen pocas posibilidades por tiempo o situación, son fieles habitualmente. Es decir, que aunque tengan alguna remota posibilidad de engañar, o no se dan cuenta, o la desechan directamente por las complicaciones que implicaría. A todos estos factores habría que añadir otro si cabe más importante: el miedo a ser cazado.
Para concluir, a toda esa gente que dice que es fiel yo les pregunto lo siguiente: qué pasaría si en lugar de trabajar en una oficina aburrida y estar de lunes a viernes yendo de casa al curro y de curro a casa, fueseis por ejemplo pilotos de avión? Todo el día en hoteles, lejos de casa, rodeados de azafatas con ganas de marcha. Seriáis fieles? Podrías decir que no una y mil veces pero las oportunidades se sucederían de todas maneras, constantemente, como la gotita en la piedra. Además a esto hay que añadir el factor ambiente, "todo el mundo lo hace", y el factor discreción, al estar en un hotel perdido: "nadie se va a enterar" (y desde luego mi mujer no).
Y lo dejo ahí. Hay poca gente fiel en el mundo pero cuantos lo son realmente por convicción?