31/8/10

Como dejarlo con tu novia.. En 64 sencillos pasos!

Dejarlo con alguien puede ser una labor ardua y peligrosa. El hombre, animal de costumbres donde los haya, pronto se acomoda a la rutina, por muy aburrida que esta sea.
La mujer, con su inseguridad genética, mantendrá su relación contra viento y marea antes que quedarse sola. Eso si, en cuanto encuentre otra rama ya sabéis lo que va a pasar.

La mejor analogía de una relación sería un partido de fútbol. Tú eres el defensa y tienes que defender a un duro y habilidoso atacante. En un lance del partido, el rápido zaguero al que llamaremos "Bronquinha", te gana la posición y te ves obligado a hacer falta. Zas! Le metes el pie, cae al suelo retorciéndose de dolor, y te sacan la amarilla.



Bronca en el estadio y 85 mil gargantas gritando contra tí. Evidentemente la situación es equivalente a una bronca con tu novia. Bueno, más bien a una mini bronca. Prefiero las 85 mil gargantas...

Sigue el partido. "Bronquinha" se muestra intratable con el balón en los pies. Recoge un centro, hace un buen control (que todos sabemos que es medio gol) y se dirige hacia la portería. Zas! Otra vez le tienes que meter la pierna con fuerza, no hay otra alternativa. En ese momento el árbitro se mete la mano en la pechera y te saca la segunda amarilla. El público grita enfervorizado.

Te diriges al túnel de vestuarios pensando que estás expulsado cuando tu entrenador te grita desde la banda: "Pero qué haces? Sigue jugando!"

Te quedas de piedra. Un error administrativo, será, que de toda la vida amarilla más amarilla es roja y por lo tanto expulsión. Lo que pasa es que esto es una metáfora de una relación y las cosas no se rigen por las normas del fútbol. Así que sigues en el campo mientras el público en pie te grita cada vez más. Te llaman de todo menos guapo.
Como vemos, la bronca (en el estadio/novia) aumenta cada vez más.


Sigue el partido y tu, que juegas con más corazón que cabeza, con más fuerza que técnica, sigues haciendo faltas una y otra vez. Y una y otra vez el árbitro te saca amarillas y más amarillas pero que nunca desembocan en roja. El público grita más y más, como es lógico, y la tensión aumenta por instantes. Tu presencia en el terreno de juego se vuelve casi insostenible pero no pasa nada. Esto hay que recalcarlo: NO PASA NADA. Bronca; confusión; insultos; pero ahí puedes seguir dándole leña al delantero porque estás seguro de que nunca te van a echar.

Y esto amigos es una relación. Pase lo que pase, nunca te dejarán por tener mil movidas. Por estar de bronca continua. Por ser un c*abrón. Por eso jamás. Ya me dijo un amigo hace años que ninguna mujer te deja nunca por tratarla mal.

Eso si, lo único que puede terminar con tu participación es que el entrenador te llame desde la banda... Y te sustituya por otro!!







2 comentarios:

Anónimo dijo...

No es un poco raro,según tengo entendido tu última novia se acabó hace ya dos años......Por que sigues hablando del tema???No te pasa nada últimamente más interesante de lo que hablar...

Anónimo dijo...

Genial, como siempre. Te sales.