Hoy en el trabajo nos han echado la bronca a un compañero y a mi por hacer algún comentario gracioso cerca del despacho de los jefes. Si, eran comentarios antes de comer, comentarios para animar a la gente, sin maldad y sin ofender. Pero es lo que pasa con el sentido del humor, que hay que saber usarlo.
Nunca, o casi nunca, oiréis que alguien dice de otra persona que es un coñazo de tío. Que aburre a las ovejas. Que hablar con él es como leer la guía telefónica. Es muy difícil que alguien te diga algo así porque ser aburrido de c*jones, ser un somnífero andante, no es algo que se pueda criticar.
En cambio, el simpático, el que tiene siempre la broma preparada, la mofa justa, la risa correcta, ese siempre puede ser objeto de comentario por inoportuno, por impulsivo, por imprudente, por envidia.
Es como estar muy, muy gordo. Nadie le va a decir nunca lo gordo que está. Es que es de mal gusto decirle "gordo cabrón, saluda a la afición". Sin embargo, estar delgado es objeto de continuos comentarios. Nunca está de más un "qué flaco estás.."
En el ambiente de trabajo, una broma sin malicia en una reunión por ejemplo, casi siempre está mal vista. Eso si, si la broma la hace el jefe todo el mundo se ríe. Es curioso que estas bromas del jefe suelen ser pésimas y muchas veces de mal gusto, pero da igual. En este caso, como en el casino, la banca gana. El currito de turno, sin embargo, tiene que tener la "bocota" bien cerrada y no aportar ni una sola frase original. Nada que pueda romper la armonía y el tedio de la reunión.
No voy a enumerar la cantidad de veces que el humor me ha perjudicado. Sería perfecto poder cambiar el chip y ser serio de día y una cachondo mental por la noche, (como la canción esa de dama dama de Cecilia ..) pero entonces no sería yo. Es un riesgo que hay que correr, con el peligro de que no te confíen responsabilidades o de que no te tomen en serio como al Duque de Edimburgo.
Dicen que si llegas a viejo te darás cuenta de que lo único que te quedan son los recuerdos, tienes que procurar que sean buenos. Pues eso, a mi no me quedará nada en el futuro, eso si, mis recuerdos y los de la gente que me ha acompañado en mi vida, quiero que sean la risión total!
Si es que hay que ser serio... Como era el de la foto que no se reía nunca y le fue bastante bien.
Feliz fin de semana!
1 comentario:
Estoy de acuerdo en todo menos en una cosa: como Eugenio no hay que ser, precisamente porque no le fue nada bien. Y es que quizás yo sea un poco egoísta, pero ¿qué quieres que te diga?, por muy gracioso que seas, 59 años de vida, me parecen algo poco. Y es que él dejó un taburete vacío, pero tu jefe se quedó; va a ser verdad que siempre se van los mejores.
Por cierto, un blog muy chulo, suerte.
Publicar un comentario